Día Internacional de las Mujeres Rurales

Día Internacional de las Mujeres Rurales
15 de octubre

Las mujeres rurales dependen en su mayoría de los recursos naturales y la agricultura para subsistir, y representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial. En los países en desarrollo, las mujeres rurales suponen aproximadamente el 43 por ciento de la mano de obra agrícola y producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos disponibles, por lo que sobre ellas recae la gran responsabilidad de la seguridad alimentaria. Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.

El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se observó el 15 de octubre de 2008. Este día internacional nuevo, establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de 18 de diciembre de 2007, reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».

Empoderar a las mujeres rurales, garantizar la seguridad alimentaria y poner fin a la pobreza

Rara vez las mujeres y las niñas de aldeas remotas son el foco de la atención. Del 15 al 17 de octubre, ONU Mujeres conmemora tres fechas clave de las Naciones Unidas relacionadas con el papel que desempeñan las mujeres en el desarrollo: el Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre), el Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre) y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre).

Los derechos de las mujeres rurales, la alimentación y la pobreza son temas que están vinculados muy estrechamente. En 2016, el Día Internacional de las Mujeres Rurales y el Día Mundial de la Alimentación se centran conjuntamente en el tema “El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también”.

En la actualidad, las personas que se dedican a la agricultura, la pesca y el pastoreo se encuentran en una situación límite en relación con la inseguridad alimentaria, ya que las temperaturas aumentan, los patrones climáticos son cada vez menos predecibles y los desastres climáticos son cada vez más frecuentes. Como agentes clave en los sistemas alimentarios, como pequeñas agricultoras y personas a cargo de garantizar la alimentación adecuada para las familias, las mujeres rurales se encuentran en el centro de este desafío.

Sin embargo, sus voces no son escuchadas y tienen opciones limitadas. Las mujeres agricultoras tienen menos control sobre las tierras que los hombres, ya que menos del 20 por ciento de quienes poseen tierras son mujeres [1] y también tienen acceso limitado a insumos, semillas, créditos, tecnologías climáticamente inteligentes o financiamiento. Ya sea que permanezcan en sus lugares de residencia para cuidar a sus familias y comunidades cuando acechan los desastres o la degradación ambiental, o migren para encontrar alimentos, seguridad y trabajo decente, las mujeres rurales son exponencialmente más vulnerables y están más marginadas.

La temática de 2016 para el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, “De la humillación y la exclusión a la participación: Poner fin a la pobreza en todas sus formas”, también tiene una resonancia especial para las mujeres rurales. La interrelación entre el acceso limitado a los recursos, la educación y la atención médica inapropiadas, la discriminación sistemática y los obstáculos a su participación agravan su condición de pobreza.

El empoderamiento de las mujeres rurales es un requisito previo para lograr la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se propone poner fin a la pobreza y el hambre, alcanzar la seguridad alimentaria y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

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